miércoles, 13 de agosto de 2025

Sillas en llamas



"Aquí huele a quemado". 


Un ser putrefacto de la sociedad, un yonki asqueroso, escupió eso entre los dos dientes que le quedaban cuando estuve a poco de detonar una silla en la cabeza de un cuidador de un psiquiátrico de larga duración. 


Aquí huele a quemado.

Se trata de un truco, de una sorna, para terminar de detonar un volcán que dé espectáculo a vidas grises. 


Es extrapolable. 

Y lo peor de todo, lo es ante gente que aparenta máxima dignidad. 

Por mi dilatada experiencia psiquiátrica, cuando más noble el corcel, más zorro el jinete. 

Psicólogas, trabajadoras sociales, psiquiatras y todo el sucio elenco de la salud mental española del supuesto siglo XXI sólo sirven a un único fin: La limpieza de su propia toxicidad.

Pudriendo mentes, haciendo acopio del maquillaje diario y la provocación infinita, desgastarán a quien juega limpio hacia justamente pretender demostrar lo opuesto. 


Por suerte, a veces, hay fallos en el sistema.

Hay cientos de miles de sillas en los pueblos. 


Es más extrapolable aún.

En una sociedad en la que el concepto de lealtad tiene la misma valía que el de una zorra, el vaivén de criterios, cambios de opinión, sucios intereses y puñaladas traperas por un bien mayor son un valor al alza.

Un valor por el que todos estarán dispuestos a batir el récord de altura: Un sueño americano del que se ríen en público y por el que lloran, suspiran y se arrastran en privado. 

Defenestrando el buen hacer, la limpieza y la transparencia.

Maquillándose con todo ello al día siguiente.


¿Que ha muerto alguien verdaderamente importante?

Brindemos.

Los vasos estarán limpios también al día siguiente.

Pero no las sillas.

Las sillas tendrán muescas de cada cráneo que se me acerque en el futuro a sonreírme con un puñal en la espalda.


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lunes, 30 de septiembre de 2024

STOIC CHRISTMAS | Bipolar Music World


Bipolar Music

STOIC CHRISTMAS

 

 

Un tema compuesto con un teclado Akai MPK mini y el programa Garage Band.

En él, concentrado en apenas un minuto de duración, asistimos a un concierto que fusiona elementos festivos con multitud de campanas percutoras, todo ello con la batuta en segundo plano en forma de una melodía más lúgubre.

Instrumentos de viento y coros múltiples dotan a la pieza de las dos caras de la moneda que siempre busco. Los dos polos bipolares aplicables de forma perenne en cualquier tesitura.

 

 

RELATO

Una campana en la oscuridad

 

 

¿Dónde estoy?

Todo está oscuro.

 

Para alguien como yo, una pequeña campana, este hecho recurrente resulta de lo más desconcertante. Mis recuerdos más luminosos son precisamente eso: Un concierto de luz y música. De pantagruélica extravagancia.

Luego, paradójicamente, irrumpe la decadente oscuridad.

 

Me pregunto si todas esas personas que me dan labores de usar y tirar son conscientes de la generosa carga metafórica a la están atados irremisiblemente.

El proceso es sencillo en lo que a mis funciones se refiere.

Anuncio momentos importantes. Destacados como estrellas fugaces e igualmente pasajeros. Se abren regalos tras sacudirme. Se ingieren uvas justo antes de la llegada de besos y abrazos llenos de una esperanza… Fugaz.

 

Porque la metáfora es cruel.

Un símil tan evidente como despiadado.

Cada año, la explosión lumínica conduce al brutal apagón.

Lo sé porque, desde este rincón del armario donde siempre me tiran, arrojando sobre mí los restos de la opulenta festividad, puedo escuchar cómo, a las pocas semanas, la podredumbre de esas almas hipócritas ya despliega su manto negro sobre todas esas pasajeras realidades de mentira.

 

Escucho y, sobre todo, siento.

Siento que me usen con tanto ahínco en algo tan vacuo e inmoral.

Ojalá el mayor foco de luz que asoma de ese profundo pozo nunca se hiciera mayor, tomando la asquerosa y necia forma adulta.

 

En fin, seguiré repicando. Puede que, algún buen día, a uno de esos niños se le ocurra la genial idea de no crecer jamás. 

 

 


 

 Para escuchar la canción en Youtube sigue este enlace

 

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domingo, 29 de septiembre de 2024

MELANCHOLY | Bipolar Music World

 


Bipolar Music

MELANCHOLY

 

Un tema grabado con un teclado AKAI MPK MINI y el programa Garage Band.

Como su propio nombre indica, busco generar una amalgama que, sin llegar a ahogar al oyente, sí lo traslade a una evocación meditativa a nado entre la intranquilidad y la belleza de lo efímero.

 

 

RELATO

Oleaje de amor

 

Todos sabemos que el mar aúna elementos suficientes como para desear, querer y poder perderse por completo en él. Más diré, dado que, de entre todo cuanto lo conforma, yo soy algo así como un estandarte de su naturaleza. La punta de un iceberg magno e inconmensurable. Aunque, como toda bandera, mi vida es delicada. Pasajera y efímera.

Las olas no tenemos nombre, aunque nos sobre identidad.

Mis hermanas y yo cabalgamos actualmente en dirección a la tan ansiada costa.

Te preguntarás, querido lector, por qué la ansiamos tanto.

La respuesta es sencilla, dado que es reflejo directo de lo que te ocurre a ti tan pronto nos contemplas con el debido silencio y su respectiva calma.

Deseamos alcanzar la costa porque queremos cumplir nuestra parte de la función y podemos ejecutar nuestra sección del concierto. Una danza eterna e infinita que nos mantiene ligadas, ola a ola, espuma a espuma y cresta a cresta con el insondable fin que nuestra madre líquida tenga a bien disponer.

Me gusta observar desde la distancia.

Todas esas miradas entrecerradas. Tantas y tantas pupilas evocadoras. Las lágrimas que inevitablemente gestan su nacimiento.

 

¿Desde dónde emergen?

Caen a la tierra.

Como mis hermanas mayores.

Como todas las que vendrán.

Como yo misma.

Una corriente de melancolía mecida por un oleaje de amor.

 

 

 

 


 

 Escucha el tema en Youtube clickando este enlace

 

 

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sábado, 21 de septiembre de 2024

Un otoño de música bipolar

 


 

En primavera de 2023 nació el canal musical Bipolar Music.

No fue algo fortuito, aunque tampoco se puede decir que fuera especialmente premeditado.

Como muchas decisiones, nació del espectro gris de la interpretación onírica. Un territorio desde el que muchos optan por no tomar decisiones, pues los sueños suelen ponernos en jaque de un modo que, incluso, preferimos negar, disfrazar, maquillar y hasta ocultar.

 

No es mi caso.

Precisamente de mi trastorno bipolar me llovieron lustros de tanta sobre medicación que el soñar se convirtió en un lujo. Tanto despierto como dormido.

Debido a ello, el que me viese asaltado en unas navidades por un sueño vívido con claro protagonista, alteró mi horizonte cercano situando a dicho elemento de pleno en mi camino.

 

El piano.

 

Si bien los sueños vívidos pueden disponer sensaciones ultra realistas al tacto, oído, olfato y demás sentidos, no suelen atinar demasiado en la forma final en que todo se hará realidad. Por eso, seguramente, acabé haciéndome con un sintetizador de 15 teclas en lugar del flamante piano de cola con el que simpáticamente soñé.

 

¿El resto de la historia?

Aprender a manejar un trasto venido de un mundo del que nunca he tenido más idea que miles de horas de escucha.

 

Año y medio después, el sueño se hizo físico, el instrumento se convirtió en hobby, y la afición dio, da y dará sus resultados. Sin embargo, estamos aquí, en mi Universo en palabras, para tratar de dar forma a todo un otoño de música bipolar. Y la banda sonora no va a estar sola.

Todas y cada una de las piezas que nacieron desde que el canal vio la luz, van a ser debidamente presentadas, acompañadas por micro relatos que tratarán de captar el núcleo de su esencia.

 

Bienvenidos al otoño.

Estación de dicha.

De buen humor.

 

Bienvenidos a Bipolar Music.

 

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